sábado, 21 de junio de 2008

Leyendas de Pátzcuaro

“Hapunda” Hapunda, la princesa de la isla de Yunuén, era excepcionalmente bella y gentil. Llegada su fama a oídos de unos invasores chichimecas, se proponen raptarla y entregarla a su propio rey. Los hermanos de la princesa le ofrecen defenderla, pero ella sabe que el ejército enemigo es mucho más poderoso, de modo que decide escapar y contarle su drama al lago de Pátzcuaro, que es su novio. Éste le aconseja que se sumerja en sus aguas y se unan así para siempre. Luego de hacerlo, Hapunda renace en forma de garza blanca y vive en el lago al que adorna y del que se nutre. Comentario:“Hapunda”, en purépecha antiguo, significaba lago o laguna. Hoy, el vocablo correspondiente es “Japunda”. En la referida leyenda el nombre se da a la princesa que se convierte en garza, y no al cuerpo de agua, que es el de “Pátzcuaro”. En otra leyenda michoacana del mismo nombre, la que se refiere al origen del lago de Cuitzeo, tampoco se le llama Hapunda al cuerpo de agua, sino a una princesa, tan bella como una flor, quien al llorar la muerte de su amado, el colibrí, da origen a dos ríos que ulteriormente forman el dicho lago. No es éste el único caso en que dos leyendas distintas llevan el mismo nombre, si bien es de observarse que las dos que aquí aparecen (la segunda sólo como referencia en este comentario), pertenezcan a lugares muy cercanos. El hecho encontraría explicación por cuanto el nombre de ambas se refiere genéricamente a los lagos o lagunas y no a ninguno de ellos en particular.

“El manantial de La Alcatarilla” Condolido de la población que sufre la sequía que azota Pátzcuaro, Vasco de Quiroga hace el milagro de obtener agua de la tierra, enterrando su cayado en ella. Pero existe la opinión de que los hechos ocurrieron de otro modo: en medio de la dura sequía, Quiroga, buen observador, vio a un pajarillo entrar varias veces seco a un matorral y salir de él siempre mojado. Al buscar en las plantas de referencia, encontró el manantial que años más tarde, al conducirse por razones de urbanismo a la alcantarilla cercana, recibió el nombre con el que aún se lo conoce. Comentario: Es ésta una leyenda profundamente arraigada en la cultura local y en la creencia religiosa de la región del lago de Pátzcuaro, y las referencias documentales sobre la misma son numerosas. Existe en Pátzcuaro un monumento de cantera en el punto donde brota el manantial, con una lápida en la que se hace alusión al ya aquí referido milagro de Vasco de Quiroga.


González Pagés, Andrés, Leyendas del agua en México, Prólogo de Daniel Murillo Licea; ilustraciones de Carlos Parra Sánchez; diseño de Óscar Alonso Barrón, IMTA, México, 2005; versión en inglés, Water Legends of México, trad. de Carole Bullard, IMTA, México, 2005.